El día comenzó como cualquier otro, guardamos nuestras mochilas en las perchas, nuestras meriendas en la tienda, nos sentamos en la asamblea y ahí fue donde nos dimos cuenta que algo pasaba. El encargado del día era nuestro compañero Mario, pero cuando él se disponía a pasar lista, ver el día de la semana y todas las rutinas, se dio cuenta que su foto ya estaba colocada en el cartel del protagonista y la seño no había sido ¿quién había podido ser? Nos preguntamos.
Alguno/as de nosotros/as ya nos imaginamos que podía ser una pista de Moli, pero no lo entendíamos. Colocar una foto en su sitio antes de tiempo no parecía una pista de verdad.
Mario pasó lista, cantó el día de la semana, pero cuando fuimos a escribirlo en la pizarra…. ¡Mirad lo que había!.
Esto era un mensaje en toda regla, donde invitaba a Mario a que observara detenidamente nuestro árbol, así que dicho y hecho.
Nuestro árbol en esta época empieza a cubrirse de hojas secas, en cambio hoy, lucía flores rojas. No entendíamos nada, así que decidimos mirar en el cofre que tiene Moli en su rincón, que usa a modo de buzón de correos por si nos orientaba algo en este acertijo y no nos equivocamos. Moli nos había dejado una lámina con un árbol precioso.
POHUTUKAWA es su nombre. El árbol emblemático de Nueva Zelanda, así que acudimos otra vez a Don Sabelotodo (nuestro ordenador) para saber más sobre él.
El pohutukawa es un árbol perennifolio que produce una conjunto de flores brillosas compuesta de conjuntos de estambres. El pohutukawa es una de doce especies endémicas de Nueva Zelanda.
El árbol crece hasta 20 m de altura, con una copa extensa en forma de domo. Su rango natural son las regiones costeras de la Isla del Norte de Nueva Zelanda. También crece en las orillas de los lagos del área de Rotorua. El árbol tiene la reputación de ser un habitante de los riscos. Capaz de mantener un agarre en precarias y casi verticales situaciones. Algunos especímenes tienen raíces aéreas enredadas y fibrosas. Como su pariente hawaiano el lehua, el pohutukawa se ha mostrado eficiente en la colonización de los campos de lava, notablemente en la Isla Rangitoto, un volcán en el puerto de Auckland.
El pohutukawa florece de noviembre a enero con un pico en el medio del final de diciembre (el verano del hemisferio sur), con brillantes flores carmesí cubriendo el árbol, por lo tanto tiene el sobrenombre de árbol de Navidad de Nueva Zelanda. Hay una variación entre los árboles individuales en el tiempo de la floración, en la sombra y brillo de las flores.
Lo que más nos asombró de toda la información no es que pareciese un árbol de Navidad con esas hojas tan rojas y brillantes, sino que están en peligro de extinción como los dinosaurios y eso nos apenó bastante. Jorge nos contó que esa misma noche en su casa había recibido un mensaje de Moli, en el que le decía que probáramos a sembrar sus semillas como hicimos el curso pasado y así conseguir nuestro propio pohutukawa en el cole y evitar que se extinguiera.
Él aseguraba que Moli se lo había dicho, pero Moli es un niño como nosotros y también se puede equivocar, así que nos pusimos a buscar en el ordenador si en nuestro país existe algún pohutukawa y…..
¡Bingooo! En la Coruña han conseguido plantarlo con éxito, aunque también hemos aprendido que las plantas son algo caprichosas en cuanto al clima , al suelo…..Bueno que la cosa no quede por no intentarlo. Si entre vosotros los papás y mamás alguno/a tiene alma de botánico/a y nos puede ayudar en esta tarea que no dude en prestarnos su ayuda.
Pero como dicha empresa nos parece algo difícil y lenta hemos decidido que al menos decoraremos nuestro árbol de la clase como si de un verdadero pohutukawa se tratara. ¡Manos a la obra!
Por lo pronto nos conformaremos con este ¿os gusta?
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