En días anteriores descubrimos el papiro como la planta que usaban los egipcios para construir sus falucas. Con la que nosotros nos hemos construido nos hemos dado unos buenos paseos por el Nilo ¡y los que nos quedan!.
Pero hoy hemos retomado el estudio de esta planta para conocer su faceta más famosa, la de ser uno de los antepasados del PAPEL.
En el siguiente vídeo podemos ver un resumen de nuestra experiencia.
En el siguiente vídeo podemos ver un resumen de nuestra experiencia.
Hemos visto esta lámina y este vídeo donde un egipcio nos explica cómo era el proceso de fabricación del papiro en el Antiguo Egipto
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Y una vez que hemos estudiado una de las bases donde los egipcios pintaban y escribían ha llegado la hora de conocer a LOS ESCRIBAS
Los escribas se llamaban así porque conocían la escritura y resultaban imprescindibles para transmitir las órdenes de los gobernantes y para registrar los bienes y riquezas del palacio o del templo. Los escribas eran hombres ilustrados y gozaban de una gran poder.
Eran los encargados de inscribir, clasificar, contabilizar y copiar, utilizando varios tipos de escritura, como la hierática o demótica, que permitía escribir rápidamente, con la ayuda de un cálamo sobre papiros u ostracas.
En principio, los escribas eran escogidos entre aquellos privilegiados que habían sido formados en el entorno de la familia real. Al final del Antiguo Imperio, el desarrollo de la administración conllevó la aparición de una casta de escribas. Los cargos se transmitían, generalmente, de padres a hijos. El célebre texto titulado “De la enseñanza de Jety” habla de un oficio noble.
Eran muchos los padres de familia que consideraban que para sus hijos, “no había trabajo más hermoso que el de escriba”. Educados en una casa de vida, que dependía de un templo, los escribas aprendices estudiaban, de los cinco años a los diecisiete años, la escritura jeroglífica e hierática, gramática y textos clásicos, además de aprender Derecho, idiomas, historia, geografía y contabilidad.
Los escribas pertenecían a una casta especial. En Egipto, el buen funcionamiento del Estado reposaba, esencialmente, en los escribas. Administradores, contables, literatos o escribanos públicos, estos maestros del cálculo y la escritura eran omnipresentes. Trabajaban en todos los departamentos de la administración, llegando incluso a ser escribas reales, dominando la administración central.
Los escribas, antes de comenzar su trabajo, rezaban una plegaria a Dyehuty (Thot), su patrón.
Thot fue un importante dios mitológico egipcio, se lo representaba como un ser híbrido, con cuerpo humano y cabeza de Ibis, coronado a veces con un disco lunar.
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