Otra vez Moli le ha vuelto a dejar una pista al encargado del día, esta vez le ha tocado a Oscar, al que en nuestro libro “Abra palabra” le decía que mirase la carta. ¿Una carta?
.Bueno pues habría que mirar en el buzón que Moli tiene en su rincón donde ya nos ha ido dejando pistas ¿qué lámina nos habrá dejado esta vez?
¡Menuda sorpresa! No era ninguna lámina sino el mismo Moli quien ha venido desde Nueva Zelanda.
Pero mirad que cambiado viene. Trae el traje típico maorí que usan en las danzas con sus usuales colores rojo, blanco y negro, su cara tatuada y…….. la lengua fuera, igualito que el tótenmdel mapa y el del marae de nuestra clase.
Después Moli nos invitó a que escuchásemos una historia que nos tenía que contar en el ordenador, el cuento que nos llevamos para casa y que nos gustaría que lo leyésemos juntos.
En él, hemos conocido a un amigo que se ha encontrado Moli en su primer viaje, a Tumu, un niño maorí que ayudó a Moli cuando descendiendo desde su paracaídas para buscar lo que creía que era un incendio, cayó en un charco de barro apestoso.Tumu le advirtió que el agua donde quería lavarse estaba muy caliente debido al calor de la tierra. Tumu invitó a moli a su casa y allí conoció a su mamá que cocinaba algo llamado hangi, a su abuelo tatuado danzando…. Seguro que con Yumu aprendemos un montón de cosas más sobre su país.
A Moli le encantan los libros y verlos en nuestra compañía, así que se sentó en nuestra biblioteca a esperar que nos animemos a leer con él.
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