¿Sabéis quién es este personaje?
Es un pequeño duende que nos acompaña en nuestras sesiones de psicomotricidad en el patio cuando el tiempo o las circunstancias nos dejan.
Es pequeñito pero nos ayuda un montón, ahora lo vamos a ver:
Resulta que la seño con su varita mágica nos convierte a todos en pajaritos.
Somos unos pajaritos que vivimos en el bosque tan felices, pero un día cuando estábamos revoloteando de árbol en árbol, oímos un sonido que nos asustó tanto..., tanto que nos temblaron hasta las plumas del culete.
Eran sonidos que en un principio sonaban flojitos (lejos), pero a poco a poco quien producía ese se sonido se iba acercando y el sonido se fue haciendo cada vez más fuerte ¿sabéis quién era? Era un cazador con una escopeta (pandero que la seño hace sonar subiendo la intensidad) y estaba dispuesto a cazar cuanto pajarito se le pusiese por delante.
DE AQUÍ SALE EL SONIDO DEL CAZADOR.... FLOJITO-LEJOS, FUERTE-CERCA
¿Qué hacer? Pues estaba claro, todos volamos hasta nuestros nidos (aros dispuestos en el suelo de diferentes tamaños y colores, así dice la seño que aprendemos la forma circular, los tamaños grande, mediano y pequeño y los diferentes colores).
Para asegurarnos de que el cazador no nos veía debíamos meternos dentro de cada nido y procurar que no se nos saliese ninguna alita, ni patita, el cazador (la seño) tiene muy buena vista.
Una vez dentro del nido no nos atrevíamos a movernos y así esperamos un buen rato hasta que apareció nuestro amigo el duende del bosque que acudió a ayudarnos.
Nos explicó, que él es capaz de hacerse invisible y que el cazador no lo vea y que nosotros, los pajaritos debíamos de permanecer dentro del nido hasta que él nos avisara de que no había peligro cuando el cazador se hubiese alejado.
¿Pero cómo sabríamos nosotros que no había peligro si nuestro amigo el duende es invisible? Pues muy sencillo, nuestro amigo tiene un xilófono con el que produce una linda melodía para avisarnos de que el cazador no anda cerca.
Cuando oímos su melodía salimos fuera del nido y revoloteamos por el bosque tan felices, pero siempre atentos por si vuelven a sonar los disparos del cazador.
Si oímos los disparos del cazador flojos y lejos, volamos hasta nuestros nidos y revoloteamos alrededor de ellos hasta que los escuchamos más fuerte y cerca que es cuando nos metemos dentro de nuestros nidos. Y así hasta volver a oír la linda melodía.
Es un juego que nos encanta porque cada vez que el cazador corre tras nosotros nos entra una cosquillita por la barriga indescriptible, es como jugar al pilla pilla pero aprendiendo un montón de conceptos sin darnos cuenta.
Si nos fijamos bien en este texto, todos los conceptos que la seño trata de enseñarnos aparecen en color rojo.
En otra sesión que quisimos volver a convertirnos en pajaritos, algo había cambiado.
NUESTROS NIDOS AHORA TENÍAN NÚMEROS COMO LAS CASAS DE VERDAD, Y ESE Nº NOS INDICA CUANTOS PAJARITOS PODEMOS METERNOS DENTRO
EL CAZADOR SABE CONTAR MUY BIEN PERO NOSOTR@S YA ESTAMOS APRENDIENDO
SI NOS FALTA 1 PARA 3 INVITAMOS A OTRO PAJARITO Y PROBLEMA SOLUCIONADO
PERO SI NOS SOBRA ......ME PARECE QUE UNO DE NOSOTROS VA A TENER QUE BUSCAR OTRO NIDO ANTES DE QUE SE DE CUENTA EL CAZADOR
¡Completísima sesión de psicomotricidad! Se ve que lo han pasado en grande. Me encanta la motivación previa con el duendecillo. Un beso Gracia.
ResponderEliminarUna sesión estupenda, con tu permiso me la apunto. Besos.
ResponderEliminar¡Qué divertido! Se ve que lo han pasado fenomenal ji ji Un abrazo.
ResponderEliminarMuy divertido.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Un besico