ABANICOS CHINOS Y EL CEREZO EN FLOR.

Ya hemos estudiado cómo son los chinos de pies a cabeza, su vestimenta, algunos de sus complementos como son sus gorros y sombrillas. Hemos recreado el descubrimiento de la  seda y sus múltiples usos. 

Hoy nos hemos detenido en uno de los complementos,  los abanicos chinos y concretamente en el pai pai cuya fabricación solían hacer sobre seda.

La cultura china también se atribuye el honor de haber inventado el abanico y relata la historia de una noche en la que se celebraba la fiesta de las antorchas, a la que asistió Kan-Shi, hija de un importante mandarín, cubierta con la máscara tradicional en estas ocasiones y que debido al calor que ésta le daba, no pudo resistir la tentación de quitársela y entonces, para cumplir las más elementales reglas del pudor y del decoro, la acercó a su rostro mientras la agitaba con cierta velocidad de manera que este movimiento mantuviera su cara al resguardo de las miradas de los hombres. Al parecer esta acción no paso desapercibida para el resto de mujeres que asistían a la fiesta a quienes les ocurría lo mismo que a Kan-Shi y que imitaron su acción, con lo que puede considerarse que el abanico quedó inventado.

 Entre ellos el abanico redondo, decorado con escritura caushu, realizado con tinta china sobre seda perteneciente al emperador Huizong (1082-1135) o el denominado Gorriones en el arroz maduro, posiblemente copiado de un modelo de época Ming, tinta china sobre papel FUENTE

Hemos tenido mucha suerte porque hoy han venido tres verdaderos artistas a ayudarnos a recerear los famosos abanicos chinos de seda.

Aquí los tenemos:

Jairo                   Rocío     y                  Salomé

    

Como hemos estudiado los chinos solían usar tinta generalmente de color negro, pero nosotros en nuestro abanico queríamos representar el cerezo en flor que hemos estudiado y preside nuestra clase, por ello nuestros papis-maestros nos harían magia de verdad. ¿De dónde sacarían tinta de colores para nuestros abanicos? ¿Lo vemos?

 

Fue más fácil de lo que imaginábamos , mezclando papel crespón con agua y agitándolo, nuestros maestros consiguieron tinta china de colores en un plis-plas

Roja, verde, azul y amarilla como los colores del parchís

 

 

Salomé nuestra experta en tejidos, nos explicó que la seda aunque muy antigua ,sigue siendo un producto muy apreciado y además carísimo ,por lo que nuestros abanicos no podrían ser de seda auténtica en cambio, los fabricaríamos sobre un papel rígido y muy absorbente ideal para pintar con nuestra tinta.

Primero dibujamos con lápiz nuestra rama de cerezo.

   

Después pasamos a decorar el fondo del abanico con las tintas que nuestros papis fabricaron que extendimos con unas muñequillas fabricadas con palillos chinos en cuya punta llevaban atado un trocito de algodón

 

   

  

 

 

El siguiente paso fue repasar la ramita de cerezo con rotulador negro.

   

 

Siguiente paso, estampar las flores de cerezos u otros detalles con ayuda de unos tampones que la seño fabricó con siluetas de goma-eva sobre una base de poliespán.

  

Estampar una figura logrando que  guarde su silueta no es nada fácil así que primero ensayamos un poquito.

  

Después de secarse y ponerle un práctico y decorativo mango así quedaron nuestros abanicos, dignos de ser expuestos en las tiendas de más renombre chinas. Desde aquí les damos mil gracias a estos papis artesanos que han dejado grabadas en nuestra memoria tan bonita experiencia.

 

 

Nuestros maestros quisieron seguir experimentando en estas artes del estampado y jugando decidimos que un buen pincel podría ser este manojo de apio. En el mundo del arte todo está por descubrir y experimentar.