Este curso tenemos mascota nueva, se llama Moli, nos ha contado que viene del país de Nubaris y sus habitantes son seres muy especiales.
Nubaris es un lugar que no podemos encontrar en los mapas, hay que esperar a que salga el arco iris y cuando esto suceda ,hay que mirar alrededor y en el lado que cae sobre la tierra, ahí se encuentra Nubaris.
Es un lugar en el que las risas pueblan los rincones más alejados.
Sus habitantes realizan los trabajos más curiosos que podáis imaginar: unos sacan brillo a las estrellas, otros tejen bufandas de mil colores para los árboles más delicados. Los hay que cuentan historias sucedidas en tiempos pasados y otros se dedican a descubrir lo que sucede a este lado del arco iris, donde nosotros vivimos.
Moli es el más viajero de todos, cuando los rayos del sol hacen cosquillas al arco iris, Moli se coloca su paracaídas a la espalda, y llevando en la mochila su mapa como único equipaje, deja que el viento lo arrastre. Es entonces cuando, deslizándose por los colores del arco iris, consigue llegar a los lugares más fascinantes de la Tierra y conocer nuevos países , a sus gentes, sus costumbres…. y lo más importante, a respetar a los demás aunque sean muy diferentes a nosotros.
Moli siempre está pensando a dónde puede viajar, tanto le gusta que este viernes se ha despedido de nosotros, pensaba irse antes pero no quiso perderse la fiesta de nuestros cumpleañeros.
Cuando entramos después del recreo, oímos un extraño sonido así que rápidamente las seños Raquel y Gracia nos propusieron salir al patio a investigar que pasaba.
Salimos muy calladitos pero con los ojos bien abiertos, porque antes de entrar y oír ese ruido, a las seños les pareció ver algo de colores por encima del tejado , así que había que estar bien atentos y ¡no os lo vais a imaginar!
En el patio, lleno de colores y muy bien extendido, estaba el paracaídas de Moli, como buen amigo nuestro decidió prestárnoslo ante de partir a su nueva aventura, así que muy ilusionados nos colocamos alrededor de él; por cierto tiene forma de círculo y un agujerito en el centro.
Jugamos con una pelota que Moli nos prestó y jamás habíamos pensado que con ese gran trozo de tela multicolor, podríamos disfrutar tanto; sujetamos el paracaídas por todo su perímetro y según nos indicaban las seños, lo hacíamos subir, bajar, jugamos a la ruleta de forma que la pelota coincidiera con el color que las seños nombraban, procuramos que la pelota no cayera por el agujero, después a todo lo contrario, procuramos elevar la pelota muy alta coordinándonos todos a la vez, jugamos a refugiarnos debajo….¡Jo, menudo día…!
Después de quedarnos sin aliento de tanto jugar, nos sentamos a descansar y comprobar como las seños, de un trozo de tela tan grande conseguían hacer un paquete pequeñito, pequeñito, tanto como para que cupiese en una de nuestras mochilas. Era necesario recogerlo bien para que Moli pudiese usarlo en su próximo viaje.
Cuando regresamos a clase nos despedimos de Moli.
Aunque lo echaremos de menos, nos ilusionan muchos sus viajes ,porque nos ha prometido informarnos de todas sus aventuras y así podremos compartirlas con él.
¡Que empiece la aventura!